En un artículo reciente de Patricia Guerrero Medrano y Carlos Cañas Dinarte, se da a conocer sobre la vida y obra del eminente científico salvadoreño Dr. Irineo Chacón Peña (1825-1883), cuyo legado astronómico ha permanecido en gran parte desconocido tanto en El Salvador como a nivel internacional. Los autores subrayan la urgencia de rescatar y reconocer los valiosos aportes de Chacón Peña en este campo de estudio.
El artículo comienza destacando la importancia del Día Internacional de la Luz, instituido por la UNESCO en 2015 para conmemorar el histórico momento en que el físico Therodore Maiman puso en funcionamiento el primer láser el 16 de mayo. Desde entonces, la medición de la velocidad de la luz ha sido un tema de fascinación para numerosos científicos a lo largo de la historia, desde Galileo hasta Albert Michelson.
Sin embargo, mucho antes de estos experimentos, el Dr. Irineo Chacón Peña, nacido en Tejutepeque el 6 de abril de 1825, llevó a cabo sus propias investigaciones astronómicas entre 1868 y 1877. Durante este período, realizó cálculos meticulosos con el objetivo de obtener una cifra precisa para la velocidad de la luz. Sus esfuerzos culminaron en la obtención de una velocidad de 77,000 leguas por segundo o 308,000 kilómetros por segundo, lo que representó un hito significativo al demostrar que la luz no era infinita, como se creía previamente en el siglo XIX.
Además de sus contribuciones en la astronomía, el Dr. Chacón Peña desempeñó una destacada carrera política y académica en El Salvador. Desde su posición como magistrado de la Corte Suprema de Justicia hasta su papel como presidente de la Asamblea Constituyente, dejó un legado tanto en el ámbito político como en el académico. Su pasión por la ciencia lo llevó a matricularse nuevamente en la Facultad de Ingeniería, donde obtuvo un doctorado en ingeniería en 1877.
El artículo también destaca el impacto de Chacón Peña en la vida intelectual y cultural de El Salvador, promoviendo la enseñanza de la astronomía y la cosmografía en instituciones educativas. Su legado se extendió más allá de las fronteras salvadoreñas, participando en exposiciones internacionales para difundir sus investigaciones científicas.
A pesar de su relevancia histórica, el trabajo astronómico del Dr. Chacón Peña ha sido en gran parte olvidado, con ejemplares de sus obras conservados únicamente en bibliotecas de Soyapango, Managua, Buenos Aires y París. El artículo concluye enfatizando la necesidad de reconocer y valorar el legado de este pionero salvadoreño en el campo de la ciencia.
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