El Maquilíshuat, conocido también como ‘maculís’, ‘maquiligüe’ o ‘macuelizo’, se erige como uno de los árboles emblemáticos de El Salvador. Sus raíces etimológicas se entrelazan con el náhuat, antigua lengua indígena, donde ‘makwil’ denota ‘cinco’ e ‘iswat’ se traduce como ‘hoja’. Este nombre, evocador de su característica distintiva, hace referencia a la disposición agrupada de sus hojas en series de cinco.
La majestuosidad del Maquilíshuat alcanza su máximo esplendor durante los meses comprendidos entre diciembre y febrero, cuando sus flores pintan de vivos colores el paisaje salvadoreño. Este espectáculo natural comienza en las regiones más cálidas del país, extendiéndose gradualmente hacia las zonas montañosas, otorgando un espectáculo único y cambiante que marca el inicio de la temporada primaveral.
En localidades como Tejutepeque, el Maquilíshuat adquiere una relevancia especial, teñendo de colores vibrantes los paisajes con la llegada de la primavera. Sus flores, desplegando una paleta de tonalidades cautivadoras, son recibidas con admiración y celebración, encapsulando la riqueza natural y cultural de El Salvador.
El Maquilíshuat no solo es un tesoro botánico, sino también un símbolo arraigado en la identidad salvadoreña, ya que es nuestro árbol nacional, recordándonos la importancia de conservar y valorar la biodiversidad que nos brinda nuestra tierra. Su presencia resalta la belleza y la singularidad de la flora nacional, inspirando un sentido de conexión y orgullo hacia nuestras raíces naturales.
